domingo, 3 de octubre de 2010

Vocación Directiva. Algo sobre estilos de quien dirige - Parte 1. (only in Spanish).



Objetivo

Este artículo pretende ayudar a reflexionar sobre lo que llamamos “vocación directiva”; en particular apunta a complementar la clase debate que últimamente vengo teniendo en programas de formación de directivos. Y muy especialmente desearía que iniciara un debate constructivo, gracias a la opinión y aporte de quienes ya han compartido estas discusiones en el aula. 

Vocación Directiva: está en tu ADN?

Alguien con poca experiencia en el mundo de las organizaciones podría suponer que “a todo el mundo le gusta dirigir”. En realidad, es más bien que a mucha gente le gustaría mandar, pero no siempre lo que significa dirigir. La diferencia está en que dar órdenes, disponer, entusiasma con facilidad. Pero no sucede igual con el desafío de enfrentar las consecuencias de lo decidido: para quien es capaz de generar una gran ola, esto es similar a luego aguantar el embate de su correspondiente contra-ola... No tan motivante lo segundo como lo primero.

Una situación que me hizo reflexionar me sucedió hace unos años, cuando en una planta de producción, el nuevo dueño decidió que los mismos operarios fueran los responsables de la calidad del producto producido. Lamentablemente los operarios no eran tan “nuevos”, sino formados en “la cultura del dueño anterior”: no tan participativa, sino todo lo contrario. Cada uno tenía su opinión sobre cómo organizar y dirigir el funcionamiento de la línea de producción y del equipo de trabajo. Pero cuando se buscó a un responsable de parar la línea en caso de fallas de calidad, se presentaron menos personas de lo que se necesitaba.

Alguno me comentó que era demasiada responsabilidad el equivocarse, y que lo pudieran despedir por ello. En la práctica, cada trabajador tenía su teoría sobre cómo hacer las cosas, pero pocos querían la responsabilidad de la decisión. Una pasión se compartía en el grupo: el miedo. Miedo de ser echados, o falta de fe en las propias ideas, miedo para encontrar una motivación para implementar un plan, de no de generar suficiente confianza en posibles seguidores. Se necesitaba otro tipo de ímpetu, más fuerte que el miedo, que diera a las personas el gusto por el trabajo de dirigir.

En la cabeza de muchos conocidos existe esta cuestión, muchas veces no resuelta. “Tengo vocación directiva”? “Soy una persona hecha para dirigir?” Lo veo en personas que buscan su primer trabajo, o que salen de su primera crisis profesional, de algún replanteo profundo sobre su futuro, o cuando llegan a postularse al MBA... Algunos creen que la tienen, pero nunca probaron, y en el fondo, algo de duda les queda. Cómo saber si la llevo en mi ADN o es sólo una ilusión, un aspiracional, como lo era ser astronauta cuando era chico?

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